Turismo Carretera - 19/05/2014

Le falta calle

Las ambiciones políticas y los intereses económicos apresuraron el estreno de un Autódromo que precisaba ocho meses para asentarse. Desaprobado. El dato no es menor: el autódromo entrerriano no estaba preparado para recibir al Turismo Carretera. No ahora, sí en el futuro. Si hasta un estrecho colaborador de la mesa chica de la ACTC no se puso colorado al admitir que a la flamante obra le faltaba tiempo, pero que había plata atrás. El interés del dinero es irresistible…

Gentileza: Diario OLÉ

Nadie podrá poner en duda el esfuerzo de la gente de Concepción del Uruguay para tener su autódromo, pero ellos mismos quedaron presos de una situación ajena que mezcló la ambición política con la necesidad de engrosar las arcas de una entidad.

La orden de correr sí o sí en Concepción bajó desde los estamentos más altos de la provincia. Para algún distraído que recién se cae del catre, Sergio Urribarri, gobernador de Entre Ríos, empezó su carrera presidencial para el 2015. Todo sirve para la campaña. Por eso, destinó una partida presupuestaria que rondó los 40 millones de pesos para la construcción del autódromo y el camino de ingreso desde la ruta 14. Aunque cifras concretas no hay, sí la misma gente de la Dirección de Vialidad Provincial aseguró que los costos variaron para arriba y que la idea es no hablar de números. Así logró redondear la trilogía de carreras teceístas tras el paso por el clásico Paraná y el remodelado Concordia (también mostró falencias).

Hechos: para la construcción se necesitó realizar un importantísimo movimiento de suelo. Claro, al no darle tiempo a la tierra para que se asentara, porque había que correr sí o sí, la lluvia del jueves y el vendaval de la madrugada de ayer (granizó) crearon un lodazal gigantesco que complicó no sólo a las banquinas de la pista, sino también el acceso al complejo y los lugares donde la gente, estoicamente, puso sus carpitas. Por lo menos se deberían haber esperado entre siete y ocho meses antes de estrenarlo, aseguran muchos. Público no faltó, al contrario. Miles de personas se acercaron desde el viernes bien temprano. Los que fueron ayer debieron pasar por un verdadero barrial y estacionar en lugares en los que botas de goma eran lo mínimo que se necesitaba para bajarse del auto. Eso sí, un tractor ayudaba al que se quedara encajado. Y la construcción de la torre de control, sala de prensa y oficina se terminaron con lo justo. De hecho, dentro del predio hay maquinara para continuar los trabajos cuando los TC se vayan.

En la pista en sí, además de la complicación de las banquinas por el barro (no hubo tiempo para que creciera el pasto), faltaron algunos pianos (especialmente en la última curva), otros quedaron cortos y preocupa la salida de boxes porque es en primera en un sector en el que los autos pasan en sexta. Estos temas atañen directamente a la seguridad, un ítem que desde la ACTC no se cansan de señalar como trascendental.

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